Te invitamos a conocer la historial de la pizza y no olvides acompañarla con nuestras Salsas de Doyfull®.
El origen de la palabra pizza no está del todo claro. Todo indica que su etimología está relacionada con el término “pinsa”, participio del verbo latino “pinsere”, que significa aplastar, aplastar o estampar.
Algo que tiene mucho que ver con la forma de hacer esta masa es que la presionamos hasta que quede plana.
Sin embargo, otras fuentes afirman que la pizza proviene de la lengua lombarda, precisamente de las palabras “bizzo” y “pizzo”, que en español significa “mordisco”.
Existen varias versiones sobre el verdadero origen de la pizza. La mayoría de ellos atribuyen a los italianos, maestros pizzeros, su popularización en todo el mundo.
Una historia muy extendida afirma que la pizza se inventó en el sur de Italia hace más de 2.000 años. En concreto, en los barrios más humildes de la ciudad de Nápoles, donde ya en el siglo XVI se consumía un tipo de pan recién salido del horno de leña.
Nuestros antepasados tuvieron que esperar mucho más para empezar a disfrutar de la pizza italiana tal y como la conocemos hoy: con tomate. Una salsa que apareció al mundo en el siglo XVIII.
Así surgió nuestra querida pizza marinara, la original Napoletana. Y justo cuando los italianos pensaban que la pizza estaba deliciosa, llegó el ingrediente principal… ¡Queso!
Además, en Nápoles es común hacer pizza con aceite de oliva, tocino, queso, tomates y anchoas. Y, poco a poco, los italianos, quizás sin darse cuenta, fueron forjando la idea de la pizza tal y como la conocemos hoy. Un ícono cultural del país que rápidamente se está convirtiendo en patrimonio inmaterial de la humanidad.
Desde Nápoles, la pizza emigró a hermosos rincones de Italia y otros italianos heredaron la artesanía napolitana. Así fue como la pizza se convirtió en un alimento italiano superior.